sábado

Vientos

Hay cuatro vientos, como hay cuatro direcciones. Esto, desde luego, en cuanto a los brujos y aquellos que los brujos hacen. El cuatro es un número de poder para ellos. El primer viento es la brisa, el amanecer. Trae esperanza y luminosidad; es el heraldo del día. Viene y se va y entra en todo. A veces es dulce y apacible; otras es importuno y molesto.
»Otro viento es el viento violento, cálido o frío, o ambas cosas. Un viento de mediodía. Sus
ráfagas están llenas de energía, pero también llenas de ceguera. Se abre camino destrozando
puertas y derribando paredes. Un brujo debe ser terriblemente fuerte para detener al viento
violento.
»Luego está el viento frío del atardecer. Triste y molesto. Un viento que nunca le deja a uno en paz. Hiela y hace llorar. Sin embargo, el Nagual decía que hay en él una profundidad tal que bien vale la pena buscarlo.
»Y por último está el viento cálido. Abriga y protege y lo envuelve todo. Es un viento nocturno
para brujos. Su fuerza está unida a la oscuridad.
»Ésos son los cuatro vientos. Están igualmente asociados con las cuatro direcciones. La brisa
es el Este. El viento frío es el Oeste. El cálido es el Sur. El viento violento es el Norte.
»Los cuatro vientos poseen también personalidad. La brisa es alegre y pulcra y furtiva. El
viento frío es variable y melancólico y siempre meditabundo. El viento cálido es feliz y confiado y bullicioso. El viento violento es enérgico e imperativo e impaciente.

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